Quédate: ¡Usa el cinturón de seguridad!
“Este trayecto es corto, ni modo que vaya a chocar. ¿Para qué ponerme el cinturón?” “De todos modos me puedo mover como quiera en el auto, está claro que esta cosa no sirve.” Seguramente muchos de nosotros hemos pensado esto alguna vez como conductor o pasajero de un auto, al momento de ponernos el cinturón de seguridad. Y de hecho, el cinturón no fue diseñado para ser bonito o cómodo. Fue diseñado para salvar vidas.
El cinturón de seguridad de tres puntos de anclaje tal como lo conocemos hoy en día fue inventado en 1958 por Nils Bohlin, un ingeniero sueco contratado por Volvo, justamente para crear un sistema que brindara mayor seguridad a sus usuarios. Durante los años siguientes, cada vez más países exigieron que todos los fabricantes de automóviles equiparan sus nuevos vehículos con el cinturón, y volvieron obligatorio su uso por los ciudadanos. En 2013, la Organización Mundial de la Salud identificó que 111 países -es decir 69% de la población mundial- contaban con una legislación integral en cuanto a cinturones de seguridad, para todos los ocupantes del automóvil. En otras palabras: los mexicanos entran en el 31% de la población restante que no es protegida por su legislación nacional.
¿Realmente nos protege el cinturón?
La mejor manera de comprobarlo es refiriéndonos a los hechos y los datos. Ante todo, es importante entender que una misma colisión vehicular se compone en realidad de dos colisiones. La primera es el choque del vehículo como tal. La segunda es la del conductor y pasajeros con el mismo vehículo. ¿Cómo? Adentro del automóvil, las personas que no llevan cinturón de seguridad continúan avanzando a la misma velocidad que el vehículo antes del choque, y son catapultadas hasta ser detenidas por el volante, el panel o el parabrisas.
Los datos relacionados con esta segunda colisión son impactantes. Una persona proyectada afuera de un automóvil por no llevar cinturón de seguridad tiene un riesgo 25 veces mayor de resultar severamente lesionada, y 6 veces mayor de morir. A una velocidad de 60 km/hr, esto equivale a una caída desde el tercer piso de un edificio. De acuerdo con la OMS, llevar un cinturón de seguridad reduce el riesgo de una lesión fatal del 40 al 50% para el conductor y el pasajero delantero, y del 25 al 75% para los ocupantes de los asientos traseros. La conclusión parece ser bastante obvia: el cinturón de seguridad sí salva vidas.
Si bien no contamos con una legislación nacional para la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad, ésta sí existe a nivel local en la Ciudad de México. El artículo 37 del nuevo Reglamento de Tránsito del Distrito Federal (RTDF) especifica que “los conductores de vehículos motorizados deben […] asegurarse que todos los pasajeros utilicen correctamente el cinturón de seguridad, además de colocarse el propio”. El gran reto del RTDF será su aplicación por las autoridades y su cumplimiento por los ciudadanos.
En los hechos de tránsito del año 2012, el 61% de los conductores utilizó el cinturón durante el incidente, una tasa que fue creciendo ya que sólo alcanzaba el 19% en el año 2007 (leamos estas cifras con cuidado, ya que los altos porcentajes de casos “se ignora si usaba el cinturón” no nos permiten tener total claridad sobre el uso efectivo del cinturón). Para llegar al 100%, necesitamos una política integral que va más allá de un simple artículo. Entre otras acciones que pueden impulsar las autoridades, destaquemos: actividades de concientización; campañas sociales difundidas a través de radio, televisión, espacios publicitarios y paradas de transporte público; aplicación visible y contundente por parte de una policía capacitada; y monitoreo de los avances en el uso del cinturón.
Como ciudadanos, todos tenemos el poder de promover y difundir esta práctica esencial para salvar vidas.
Así que demos el ejemplo y procuremos:
- Usar el cinturón de seguridad en todos los trayectos, no importa que tan corto sea.
- Como conductores, asegurarnos que todos los pasajeros, adultos y niños, usen adecuadamente el cinturón de seguridad.
- Instalar a los menores de 12 años en los asientos traseros, y a los más pequeños en los sistemas de retención infantil o asientos elevadores apropiados (anexo 4 del RTDF).
Cumplir el RTDF es cuidarte a ti, a mi, a todos. Respetarlo es un acto de nobleza en medio de todo lo que estamos viviendo.
OMS, Global Status Report on Road Safety: Supporting a Decade of Action, p.22.
(Ginebra: Organización Mundial de la Salud, 2013).
“La importancia del cinturón de seguridad”,
Cultura Vial, 3 de septiembre de 2015, consultado 27 de octubre de 2015.
CONAPRA, Cuarto Informe Sobre la Situación de Seguridad Vial, p. 92
(México, D.F.: Secretaría de Salud, 2014).
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